La lectura de Libraries de Massimo Listri, mi tercer libro Taschen, me ha deparado una extraña experiencia y una pequeña revelación.
El libro tiene una introducción sobre el significado y la utilidad de las bibliotecas, así como un rápido repaso histórico por ellas, y luego nos presenta, ordenadas por localización geográfica, un montón de ellas, con fotos de altísima calidad. Ojo, nos enseña las bibliotecas, no los libros contenidos en ellas.
La extraña experiencia: todas son iguales o muy similares. Por un lado, están las que parecen cuevas, todas ellas de madera y bellamente talladas, y luego las grandes construcciones marmóreas. Y ya.
La revelación: conforme vamos subiendo de sur a norte geográficamente, las bibliotecas pierden belleza y se van convirtiendo en meros establos de libros.
Y también os digo una cosa: vista una, vistas todas.
(Por cierto, hay dos muy salerosas en las que algunos de los balcones del piso superior quedan sostenidos por las espaldas sendas figuras humanas padeciendo el peso de estos, y de hecho dos de ellas parecen hablar entre sí).